CAPÍTULO VI

CULTURA ASIRO-BABILÓNICA

LITERATURA Y CIENCIA

    Originalmente los caracteres se disponían en columnas verticales, sin embargo se descubrió que la escritura podía leerse mejor inclinando la tablilla hacia la izquierda, por lo que los signos experimentaron un giro de 90° y se leyeron de izquierda a derecha. Se dio paso a la escritura fonética.  Los signos individuales fueron combinados hasta formar innumerables caracteres compuestos. El sistema cuneiforme se utilizó en otras lenguas que se valieron del fonetismo para crear las escrituras silábicas.

    Después de los sometimientos sumerios, los escribas añaden signos ya en desuso crean otros y utilizan juegos gráficos relacionados con el contenido del texto. El número de signos va ascendiendo de nuevo en la era neoasiria. La escritura estaba restringida a una minoría, ya que si se simplificaba, ésta se divulgaba. Pero los pueblos a la periferia, como no tenían estos impedimentos, si pudieron evolucionar.

    A partir del primer milenio a.C., la escritura cuneiforme se fue relegando gracias a los sistemas alfabéticos que aparecieron. Al sumerio y acadio los superaron el arameo, que se convirtió en la lengua del comercio y de los negocios, de uso común para todos los pueblos. Esto fue seguido por una forma de escritura alfabética, que la adoptaron de los fenicios, era más simple y cómoda porque podían escribir con tinta sobre cuero o  pergamino.

    Los textos reales asirios se grababan sobre lápidas y placas de metal que cubrían los muros palaciegos. Se escribía también sobre las tablas de madera recubiertas con cera y con seguridad se escribía con tinta sobre esta, también en pergamino, cuero y papiro. Se han encontrado diferentes métodos para aprender el babilónico y asirio y obras literarias en caracteres cuneiformes, y gracias a Sargón II se extiende el uso del arameo. Gracias al clima sólo los textos de barro cocido se han conservado. La lengua acadia-sumeria hablada era diferente de la escrita, pero ya para esas fechas había desaparecido, sólo perduro como idioma escrito relacionado con la administración de los templos y la redacción de textos religiosos.

    En Nínive se encontraron los restos de la biblioteca de Assurbanipal, compuesta de millares de tablillas clasificadas y catalogadas, en sus bordes llevaban una pequeña anotación indicando el contenido de cada una. Gracias a ella pudimos conocer la historia de las dinastías asirias, su concepción del universo y las relaciones existentes entre los dioses y los hombres. El saber asirio se pudo conservar gracias a los reyes que se preocuparon por fomentar el conocimiento en artes, literatura y ciencias. La biblioteca de Assurbanipal pretendía reunir todo el saber de su tiempo, pretendiendo hacer de Asiria una gran potencia cultural.

    Para la enseñanza de la escritura existían escuelas en el que el aprendizaje comenzaba reteniendo los signos de memoria, copiando largas listas de nombres, más adelante textos cada vez más largos y difíciles, y finalmente, estudiando alguna lengua extranjera. Los escribas solían ser hombres, las mujeres desempeñaban un trabajo muy parecido al de las secretarias de hoy en día. Los monarcas asirios creían a Babilonia como la tierra más preciada que habían conquistada, ya que era considerada como el centro del universo. Los asirios eran grandes coleccionistas de obras literarias y científicas de sus predecesores. Con la “listas limmu” nos podemos dar cuenta que le ponían el nombre de una alta dignidad a los años, primero el nombre del rey y después algo significativo que haya ocurrido durante su reinado. En los materiales recuperados de las bibliotecas la mayor parte de la literatura asiria es una copia adaptada de la de Babilonia, mucho más original. Se mostraron creadores en poesía, pero el capítulo más importante es el de la historiografía.

    Los caldeos y los asirios fueron pueblos muy avanzados en matemáticas; primero contaban con los dedos, formando decenas. Después se dieron cuenta de la importancia de las docenas y de su múltiplo. Los babilonios tenían un sistema sexagesimal. Para realizar determinadas operaciones matemáticas utilizaban un rudimentario tipo de ábaco. La base del sistema de pesas y medidas babilónico era el “empan”. Para las medidas de superficie se empleaban los cuadrados de las medidas lineales; “pleto cuadrado” y el “estadio cuadrado”. Las medidas de capacidad o volumen estaban también basadas en las longitudes; “vergel”.

     La observación constante de los asirios dio lugar a la recogida de datos que condujeron al conocimiento de causas y efectos astronómicos y médicos. La ciencia nació vinculada a la religión. Como los zigurats que aparte de templos servían como observatorios. La astronomía y la astrología alcanzo su máximo esplendor en el reinado de Assurbanipal. Las primeras investigaciones se centraron en el movimiento de los astros. Hasta el siglo VII a.C., pudieron llegar a calcular correctamente los valores medios de las resoluciones de los planetas, lo que les permitió formular predicciones acerca de futuros acontecimientos astronómicos. Los babilonios fueron observadores asiduos del cielo, y les llevo al descubrimiento de los “saros”. Su interés por las entrañas de los animales les llevo a adquirir amplias nociones antinómicas, que les proporcionaron notable reputación por su destreza quirúrgica. Consiguieron remedios para las enfermedades mediante emplastos y masajes y por acertada administración de remedios vegetales y preparaciones minerales, llegaron a estudiar los síntomas de algunas enfermedades y a elaborar los correspondientes remedios. La misión del mago y del médico consistía en arrojar a los demonios del cuerpo del paciente, mediante fórmulas rituales o por medio de la magia simpática. La transgresión comportaba el dolor y la enfermedad, y el afectado debía implorar clemencia a los dioses.

    En química no hicieron otra cosa que fabricación de tintes y esmaltes. En cambio en la física si se desarrollaron, construyendo canales en roca y elevadores de agua.

    Esta fue una civilización híbrida, donde se fundían las culturas del Oriente Medio y contribuyó a la difusión de sus aportaciones.   

ARQUITECTURA Y ARTE

    Gracias a Hammurabi se pudo unificar Mesopotamia y con ello tener  un período de paz, pudiéndose desarrollar el arte y la cultura. Del arte babilónico casi no quedan vestigios por las diversas destrucciones que sufrió la ciudad a manos de los hititas y de Senequerib.  Gracias a los restos que existen nos podemos dar cuenta del gran esplendor artístico que tuvieron. Como por ejemplo el palacio de Zimirilim, en donde se encuentran los murales de Mari que tienen una profunda policromía. En sus vestigios también podemos encontrar la combinación que hacían de los ladrillos en relieve con los huecos tradicionales de la época sumeria, junto con el zigurat son característicos de esta cultura.

    Entre los años 612-609 a.C. el caldeo Nabopolasar y los medos, destruyeron las principales ciudades asirias; con ello terminando con su arte imperial.

    Al hablar del arte neobabilónico, se debe centrar la atención a la construcción de la ciudad de Babilonia, que Nabopolasar construye en honor  al dios Marduk. Este recinto está orientado hacia los cuatro puntos cardinales y protegido con una doble muralla, contenía la fortaleza real, un colosal palacio. La técnica del esmalte es la principal innovación del Imperio Neobabilónico.

    La ciudad de Babilonia, si recinto exterior media más de 16 km de longitud y en su interior se encontraba la ciudad de forma rectangular y menor en perímetro. Estaba situada en la orilla izquierda del río Éufrates al principio, pero después se fue extendiendo por las dos orillas del río, se comunicaban por un puente de 7 pilares hecho de ladrillo y 22 m de ancho. Los márgenes estaban protegidos con un bloque para prevenir inundaciones.

    El barrio sagrado se encontraba al centro de la ciudad, se le llamaba “Esagila”, con su templo dedicado a Marduk y un zigurat de 7 pisos. Las murallas eran de arcilla, adobes y ladrillos y los muros estaban decorados con ladrillos esmaltados donde estaban representados animales mitológicos. El área interior tenía 8 puertas principales, dedicadas cada un dios del panteón babilónico, la más famosa es la de Ishtar. Babilonia era una maravilla, ya que contaba con diversos monumentos bellísimos y colosales; el Etmenanki, torre escalonada; el “Esagila”, con una estatua de oro venerada en una suntuosa capilla; la “Puerta de Ishtar” o los Palacios de Nabucodonosor II.

    La “Puerta de Ishtar” era un edificio abovedado, situada al este del Palacio del Sur. Tenía 42x32 m, de planta irregular, rodeada por un muro. De aquí partía la “Avenida Procesional”, adornada por 120 leones de ladrillo esmaltado de más de 2 m de altura, y concluía en el zigurat de casi 100 m de altura.

    “Palacio de invierno de Nabucodonosor”; tenía una planta trapezoidal y con muchas habitaciones en torno a varios patios. Pequeñas capillas alternaban entre las habitaciones que estaban alrededor de un patio central.

    “Jardines colgantes”;   Eusebio de Cesárea, obispo y erudito, adjudicó a Nabucodonosor como constructor de estos. Estaban situados en el sector Noroeste, cerca del río, por el lado occidental del “Palacio del Norte” y de la ciudadela “Halsu rabitu”, edificados en terrazas de distintos niveles, que formulaban una montaña artificial de 100x230 m cubierta por espeso arbolado y tierra húmeda.

    La iconografía añade nuevos motivos, como el toro androcéfalo y el sol alado, que representa el encuentro del soberano con el dios, se interpreta a veces con símbolos abstractos y se pueden ver en los “Kudurrus” o en estelas. Trabajaban en diorita y otras piedras más duras que las traían desde lejos. Demuestran mayor cuidado en los detalles. El código de Hammurabi constituye una verdadera obra de arte por su perfecta caligrafía en el texto y por las figuras del rey y del dios Sol, y por sus representaciones secundarias que le sirven de complemento y adorno.

    Durante las dos grandes fases del Imperio Asirio se desarrolló el arte, que se dice es el más característico de toda la civilización mesopotámica. Primero se influencio del arte sumerio-acadio y después de diversas culturas, entre ellas las hititas. Durante mucho tiempo Assur fue la capital, pero en el siglo XII a.C. Tukultininutra construye una nueva capital. Contaban con palacios y templos adornados con pinturas, relieves y esculturas, para demostrar su poderío y fuerza. Emplearon materiales como el adobe para el núcleo del muro y el ladrillo cocido para el revestimiento. Empezaron a utilizar el ladrillo vidriado, que después se extendió.

    Assur estaba rodeada por el Tigris. Tenía placa casi rectangular. En época ácadica fue un centro muy importante. En el S. XIX a.C. se construyó el primer estado independiente. Los que mejor están conservados se construyeron en los años 1350 y 610 a.C., estos son palacios y templos; construidos en la parte más alta de la ciudad. También era frecuente la edificación de los templos dobles. Estaba rodeada por muralla que se abría en diversas puertas, en S. XIX a.C. tres, seis en el periodo intermedio y trece en el neoasirio.

    Los asirios no se interesaban tanto en las tumbas, ya que no tenían valor religioso para ellos. Pero si le concedían un gran valor a los palacios. El palacio de Sargón II en Khorsabad (Dur-Saruykin) es uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de Mesopotamia y formaba parte de la capilla real. Es el ejemplo más claro de la arquitectura asiria. Sus puertas de entrada estaban flanqueadas por dos toros alados con cabeza humana (“lamasus” protectores del cielo, las tierras y las aguas, protectoras del monarca) que tienen dos puntos de vista, un frontal en reposo y un lateral en movimiento; oblicuamente tienen 5 patas.

    Los palacios reales se construían con fines militares y residenciales. Tenían una base una inmensa plataforma. Dentro de ella se trazaba una red de drenaje que permitía la evacuación fe la humedad. Estaban divididos en la parte pública y la parte privada. Tenían una capilla para el culto al dios de la ciudad, y porque el rey también era el sumo sacerdote. Al ser muy poco resistente el ladrillo secado al sol, no construyeron columnas. Al solo contar con cedro del Líbano, que era muy caro y estaba muy lejano; recurrieron al arco y a la bóveda de medio punto. La ciudad de Nínive se encuentra a la orilla izquierda del río Tigris.

    La escultura asiria es relivaria. Su innovación consiste en el revestimiento de los muros a base de ortostatos, que son grandes placas de piedra en las que se labraban figuras mitológicas. Apenas esbozaron el realismo en las estatuas de Gudea, pero desapareció con la estatua de Assunasipal, que estaba tallada en una delgada losa de piedra y tenía muy marcados los convencionalismos lineales. La escultura asiria no se realizaba para satisfacer a alguien, sino para hacer patente el poder y el fasto de los reyes asirios.

     Lo que más se conservan son altos y bajos relieves, utilizando mayormente el alabastro. Esculpieron figuras tan ricas en detalles y tan suaves que el resultado es impresionante. Están cargadas de una fuerza  expresiva que los hacen su máximo exponente. Son escenas de victoria y de cacerías de fieras que se alternan con seres fabulosos y mitológicos. Las manifestaciones animales son las más sorprendentes, como las que se encontraron en el palacio de Assurbanipal II, “La caza del león” y “La leona herida”; que mide 1 m por 60 cm, y procede de Nínive, tiene una figura delineada con trazos muy simples sobre la piedra que representa la dignidad salvaje. El relieve es la manifestación artística más original de los asirios, y alcanzo su apogeo en el S. IX a.C.  Presentan un gran parecido los convencionalismos con los egipcios, como en el friso del palacio de Kalah, que fue capital de Asiria; la cabellera y vestidos son de manera asiria, pero el cuerpo está tratado de manera egipcia, de frente y de perfil.

    La pintura asiria fue parietal, decorando los palacios. Algunos son los frescos de Til-Barsib. Para el palacio de Khorsabad solo utilizaron dos colores, el rojo que era óxido de hierro y azul que era lapislázuli triturado. No usaban la perspectiva ni el matiz o la difuminación.

    Los palacios reales los adornaban con alfombras y tapices de colores. Los tapices adquirieron tal importancia, que la losa que pavimenta la entrada principal del palacio de Senaquerib en Nínive, reproduce motivos de tapicería.  

      

RELIGION ASIRIO-BABILÓNICA

    La mayoría de sus divinidades eran de origen sumerio.

    Tres grandes dioses del Cosmos: Anu, Enil y Enki. También a Samas; dios del sol,  y a Sin; dios de la Luna.

    Sin era representado con figura humana y símbolos de fertilidad, su esposa era Nigal y sus hijos Samash; juez y posee la ciencia adivinatoria, e Ishtar; dirige los combates y es diosa del amor, se representaba con el planeta Venus.

    También había otros dioses, como Marduk y su hijo Nabú, y muchos otros secundarios.

    Los babilonios tuvieron que reconocer al dios supremo de los asirios, Assur. Los únicos cultos que llegaron a generalizarse fueron los de sus dioses locales.

    La interpretación babilónica del mundo, del hombre, de la muerte y de la vida de ultratumba se puede resumir en la exaltación del dios nacional, Marduk el creador del universo y de la humanidad y dios de la guerra. Debe enfrentarse con Tiamat, un abismo sin fondo y sin límite. el destino del hombre es sumamente pesimista.

    Las creencias religiosas  se parecían a la de los babilónicos: donde el monarca era el representante del dios en la Tierra. Los templos y la organización del culto estaban encomendados a la clase sacerdotal.

    En la mitología los dioses menores eran servidores de los dioses más importantes. Los dioses habían creado al hombre con el objetivo de servir a los fines de ellos. Debían satisfacer las necesidades de los dioses, gracias a los trabajos de los mortales que debían dedicarse a servirles.

    Se rendía culto oficial y público a Assur. Le seguía en importancia Ishtar, deidad de la guerra, del amor y la fecundidad. Aparecía asociada a su amante Tamnuz. Se la responsabiliza del gran diluvio que anegó la tierra. En su  honor se practicaba la “prostitución sagrada”.

    El panteón asirio estaba integrado por muchos dioses, como Adad, numen de las tormentas y Ninurta, de la guerra y la caza. La estructura religiosa estaba formada por el templo, los sacerdotes y los cultos, y los fieles.

    Los creyentes asirios no se dirigían a los dioses mayores, lo hacían a los dioses inferiores porque les resultaba más fácil establecer una relación personal con ellos.

    Para ellos tras la muerte iban a parar a la “Casa de las Tinieblas” de la que no se vuelve jamás, donde todos son iguales y donde sólo los muertos en combate pueden esperar alguna consideración. Los difuntos no se divinizan, ni los vivos parecen tomarse demasiado cuidado por ellos. Sólo las tumbas de Ur pueden considerarse una excepción. Para los asirios el mundo de ultratumba no era un paraíso sino un lugar desolado.

    Veían a los dioses manifestarse en los fenómenos de la naturaleza y creían que influían sobre ellas. El asirio se siente dominado por los espíritus, algunos buenos, pero malos en su mayoría, causantes de desgracias y enfermedades, contra los cuales solo cabe la brujería.