noviembre 17, 2010

ESCULTURA PERSA, reporte de Fanny Solis

ESCULTURA PERSA
Las tres ciudades principales que tuvo el imperio persa fueron Persépolis, Susa y Pasargada. En Pasargada se construyó la primera capital del imperio y contaba con dos palacios, un recinto sagrado (contenía la apadana), una ciudadela, una torre y la tumba de Ciro II.
Después, Darío I se encargó de pasar la capital a Persépolis, que tenía básicamente los mismos elementos de Pasargada, pues ésta inspiró al resto de las capitales, y fue una ciudad de estilo sobrio. A Persépolis se accedía por una escalinata.
En general, la escultura, al igual que en Egipto, estuvo ligada plenamente a la arquitectura, pues en todas las construcciones hubo bajorrelieves que describían la vida coidiana del rey de cada palacio, así como en la misma arquitectura los capiteles. Representan un claro ejemplo de las características naturalistas y vegetales de la escultura persa.
En Susa el estilo era menos sobrio que en Persépolis, pues estaba llena de color y luz; todo esto se debió a que cada ciudad se construía empleando los materiales más próximos de su región, así se dio la diferencia entre ciudades del mismo imperio; además, se puede decir que cada capital era única, pues aparte de lo que ya se mencionó sobre los materiales, hacía una recopilación de diferentes estilos y elementos de las características del arte de los pueblos que conquistaban.
Un ejemplo de ello son las columnas, ya que fueron un elemento de gran importancia para la cultura persa, pues forma parte del sistema constructivo que está basado precisamente en columnas y además en el dintel (sistema adintelado, arquitrabado). La columna persa tenía 20 m. de altura; contaba con una basa campaniforme, un fuste estriado por lo general, aunque en ocasiones era liso, y un capitel de tres cuerpos: cuerpo de hojas, cuerpo de dobles volutas y por último las figuras de toros (capiteles bicéfalos), aunque en ocasiones también tenían el rostro del rey Darío I.
En la arquitectura también vemos hipogeos como en Egipto.
Una de las representaciones más importantes de la escultura persa es el Friso de los Arqueros, el cual representa guerreros de perfil y ojos atentos, y en procesión, los cuales se muestran con firmeza y en posición de ataque pero en forma pacífica. Se muestran de forma de perfil para así detallar perfectamente su vestido, sus armas, y reflejar las distintas etnias; por lo tanto, este friso es totalmente representativo de la sociedad.
CAPITELES
Persia








Órdenes griegos:
Dórico (el más sencillo)                         Jónico (con volutas)                       Corintio (con volutas y hojas)



Romanos:
Toscano                                                     Compuesto




                   


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