La cultura mesopotámica tuvo la oportunidad de florecer en el creciente fértil entre los ríos Tigris y Éufrates. La población aumentó, y fue un periodo de riqueza cultural y tecnológica. Esta tierra, por la escasez de piedra y árboles, fue idónea para el uso del ladrillo como herramienta de construcción y de arte. Los muros de esta región se alzaban en adobe, se revestían con ladrillo y se pintaban y barnizaban. Más al norte, en la región montañosa de Asiria, los asirios imitaron a los caldeos con construcciones de ladrillo, estas revestidas y decoradas por dentro en vez de por fuera, y con bajorrelieves en piedra en vez de las decoraciones caldeas.
Predominó la forma de bóveda, al utilizarse los ladrillos para seguir las curvas naturales. La región de Asiria fue menos pantanosa y húmeda que Sumer, y más rocosa, pero en manifestaciones artísticas se busco imitar a los babilónicos. Se dice que el rey sumerio Eannatu reunió las primeras ciudades, pero se desconocen datos exactos sobre esta época. Hacia 3,500-3,200 a.C. se formó el imperio de Ur y se construyeron las tumbas reales. Sargon comenzó a reinar en 2,742 a.C. 2,474-2,358 a.C. estuvo bajo el reinado del rey-arquitecto Gudea. En 2,225 a.C. se instauró el Imperio Babilónico con Sumu-abi, y Hammurabi lo reinó entre 2,123 y 2,081 a.C., promulgando un código y embelleciendo la capital. Llego con esto el apogeo del arte caldeo. Con los subsecuentes ataques de los hititas, cayó Babilonia y en 1,700 a.C. Asiria surgió como un estado independiente.
Civilización Caldeo-Babilónica
De la prehistoria sumeria sólo queda la cerámica pintada. De la primera dinastía de Ur sólo queda un monumento dedicado a la diosa Nin-Kursag, la diosa de la maternidad. El templo estaba sobre una plataforma de ladrillos y formaba una serie de pirámides escalonadas. Los muros eran de arcilla muy espesa, y se entraba a la capilla por dos puertas decoradas escultóricamente. Se decoraba también con frisos con hileras de animales y piedras preciosas.
Las primeras estatuas caldeas son monumentos votivos de los dedicantes. Otro famoso documento de la vida sumeria es el “Estandarte de Ur”, que tiene cuatro caras con imágenes de la vida cotidiana del rey, además de escenas de batalla. La primera dinastía sumeria del periodo propiamente histórico se llamó Sírpula. Reinaron sobre tres siglos de prosperidad y la dinastía acabó con Urakagina en 2630 a.C. Bajo la dinastía acadia se perfecciona el arte de relieves sobre esculturas; destaca el relieve conmemorativo de la vitoria del rey Naram-Sin en batalla. El apogeo artístico caldeo corresponde a la época del rey-arquitecto Gudea. Su palacio formaba un tell sobre una gran plataforma. Sin embargo, las arenas desérticas han degradado la fachada al grado de que casi no quedan indicios de esta estructura. Dentro de este palacio se encontraron 10 estatuas de Gudea, de diorita, que ahora están en el Louvre. Son conocidas por su fuerte realismo.
La ciudad de Ur también se respetaba y reverenciaba por su historia milenaria. Tomó nuevo impulso cuando, después de una segunda dinastía, su primer monarca Ur-Namú, la fortificara. Se irguió entonces el gran templo al dios lunar Sin, descubierto en 1915.
Los restos del palacio real de Babilonia se fechan al reinado de Nabucodonosor, quien tiró todas las viejas construcciones y ordenó que se irguiese una gran construcción de ladrillos cocidos y betún. Recubrió las puertas del palacio con planchas de hierro, y las decoró en oro y plata. Los jardines de este palacio eran famosísimos en sus tiempos; estaban consruidos sobre bóvedas. Es conocida también la puerta de Istar, que estaba sobre un puente que daba al palacio. Era una puerta doble con patio intermedio y dos torres, decorada con leones y animales fantásticos. Los restos del palacio y de la puerta se encuentran en Berlín, Alemania. La capital babilónica tuvo una época decadente en lo que se refiere a la escultura.
Arte asirio
Las esculturas más antiguas de Asiria se encontraron en Assur; se derivan en gran parte del arte sumerio. Este arte se manifestó en forma de grandes figuras a sus edificios, además de en relieves sobre sus paredes. Los asirios crearon esculturas monumentales en su mayoría, principalmente de toros antropomorfos o leones de 4 o 5 metros de altura. El rey Sartón construyó un gran palacio en Korsabad, con 26 pares de leones alados. En la entrada al palacio de Sargón habían dos toros alados flanqueando una estatua gigantesca de Gilgamesh ahogando un león. Los palacios asirios de Kala, Nínive y Korsabad estaban todos decorados con complejos relieves narrativos, que tienen un valor doble por ser importantes tanto histórica como artísticamente. El rey figura en casi todo este arte. Particularmente realistas son sus imágenes de animales heridos en los relieves. Estos palacios estaban cuidadosamente estructurados en diferentes secciones, de los cuales el mejor ejemplar es el de Korsabad.
Persia
Persia se alzó sobre lo que ahora conocemos como Irán. Tuvo un periodo prehistórico en el que floreció el arte en bronce. Se han encontrado objetos de bronce como frenos de caballo en sus tumbas de piedra. En la Persia prehistórica predominó la cabra montañesa como animal simbólico al igual que predominó el toro para los asirios. Ciro, el hijo del príncipe Cambisies y Mandana, hija de Astiages, el que fundó el gran Imperio Medo-Persa, que fue regido por la dinastía de los aqueménidas. De la época prehistórica se han encontrado también objetos en cerámica, en Nihavand. Esta cerámica está decorada con motivos florales y geométricos de gran sutileza y belleza. No quedan restos de la famosa ciudad prehistórica de Ecbatana, ni de los palacios de Susa, pero sí de Persépolis, la mayor ruina monumental de los reyes aqueménidas. La “sala de las cien columnas”, construida por Dario I, se distingue por su calidad artística, monumentalidad y originalidad. También es conocido el palacio y el harem de Jerjes. Son famosas asimismo las siete tumbas reales excavadas en Persépolis. Están decoradas con simetría y elegancia inigualables. Probablemente concebida para funciones solemnes y visitas de estado. Tiene un gran techo plano sostenido por cien columnas de 11 metros de altura. Los muros de los dos lados del pórtico estaban decorados con relieves del rey y su corte. Además, se conoce un palacio de Darío y uno de Jerjes, además del harem del último. Hay también vestigios importantes en las siete tumbas reales excavadas alrededor de Persépolis. Estas tienen en su exterior relieves policromados decorados por los persas y los asirios. La cerámica más destacada de Persia se puede encontrar en los frisos del Palacio de Darío en Susa, los cuales fueron terminados por Artajerjes II Mnemnón.
Arte hitita, sirio, fenicio y del Asia Menor
Además de los pueblos ya mencionados surgieron otros menores en los alrededores de los territorios. De éstos destaca el pueblo hitita, el cual fue el más antiguo. Tienen relieves en Karnak y en Nínive, además de relieves narrativos sobre el héroe Gilgamés en Sendjirli, al norte de Siria. Arquitectónicamente destaca el arte hitita del Palacio Real de Borgas-Kioi, correspondiente al florecimiento artístico del 1,300 a.C. Este tiene como única decoración en una de sus puertas un alto relieve de una reina, el cual es muy conocido. Cerca de ahí, en Iasily-Kaya, hay una serie de figuras escultóricas de gran tamaño, además de figuras rupestres en otras áreas. Este es arte muy personal de alta calidad artística. Los restos de Alepo y Carkemish, asimismo, demuestran vestigios de culturas hititas de Asiria monumentales. Estos son vestigios que asimilan bastante el arte asirio, incluyendo ejemplares de esfinges y de damas de la corte. El arte hitita no fue especialmente innovador o revolucionario; su interés radica en que forma un puente entre el arte mesopotámico y el de otros pueblos de Asia Menor.
Siria es una región de Asia Occidental que tiene costa con el mar Mediterráneo. Por su historia, en la que se ha visto conquistada por pueblo tras pueblo, se puede afirmar que constituyó la clave del Próximo Oriente. Fueron invadidos sucesivamente por los amenorreos, los hititas, por los egipcios, por pueblos marítimos y por los arameos, los babilónicos y los persas, hasta que a la invasión de Persia por Alejandro Magno se dirigió a Siria y sometió a los fenicios. El arte asirio por las condiciones tuvo que reflejar las diversas influencias culturales, al grado que es difícil a veces distinguir los factores propiamente asirios en su arte.
· Destaca el monumento en piedra de Goubla: un sarcófago de Ahiram de la segunda mitad del siglo II a.C. Sintetiza elementos de pueblos vecinos para formar una composición nueva.
· Los habitantes de Fenicia fueron hábiles industriales y comerciantes que imitaron productos extranjeros.
· Tuvieron relaciones importantes con Egipto y Mesopotamia, pues compartían un origen cananeo.
· Los templos fenicios eran pequeños, al modo egipcio con altares de piedra atrás.
· Quedan también de Fenicia monumentos sepulcrales autóctonos: hipogeos de elementos cilíndricos superpuestos y sarcófagos con forma humana, como en Egipto.
· Otros pueblos que han formado un puente entre las culturas asiáticas y europeas son las de Frigia, Lidia, Caria y Licia, todas de ellas en Asia Menor.
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